martes, 31 de agosto de 2010

EL ESCANDINAVO Y LA PANACEA

I
Al hombre que soñaba no le veía la cara, pero sabía que era yo mismo. Sólo que a él le decían el escandinavo. Tal vez fuese de allí, donde sea esté ese lugar. Él tapaba cajas muy grandes. Le costaba su esfuerzo y un cansancio extremo que cuando le acometía lo dormía ahí mismo. En esos momentos, el escandinavo hablaba. Preguntaba si hacía un buen trabajo. Yo no me había fijado, como él insistía miré. Algunas tapas estaban mal calzadas. Óptimo no, dije. Pero él seguía preguntando una y otra vez. No escuchaba. Al final me callé y él hizo lo mismo. Después pasaron cosas. No recuerdo qué. Así son los sueños.
II
Al escandinavo le deshacían el trabajo mientras dormía. Al despertar volvía a lo suyo. Luego dormía de nuevo. En su trance preguntaba quién era el culpable. Me aposté para averiguarlo. Fui el único entre los del sueño.
Dos tapas se movieron y sendos nubios altos salieron de las cajas. Ellos destaparon otras dos; aparecieron una mujer y otro hombre en trajes de jade. Nunca pensé que hubiera alguien adentro de las cajas. Después pasaron cosas. No le conté al escandinavo porque no escuchaba.
III
Cuando llegué, él, dormido, repetía hasta cuándo. Supe a qué se refería porque las cajas estaban tapadas. Me dio pena. Pregunté a otro de los del sueño qué hacer.
—Saquemos el jade de la boca de los nubios —dijo. Sabía lo que hablaba. Después quitamos los trajes al hombre y la mujer. Tapamos todas las cajas.
Va tiempo que nadie las destapa. El escandinavo duerme solamente. Puse jade en su boca aunque él no esté dentro de una caja. Ya no pasan cosas. Sólo los del sueño andamos por acá.

Cuento Finalista en I Concurso Nacional de Cuento “Ruinas Circulares” 2008 - Argentina.

6 comentarios:

  1. "Sólo los del sueño andamos por acá" Bravo, con admiración pero en voz baja.

    Un abrazo

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  2. Un cuento-sueño inquietante, Mónica.

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  3. Mónica, un gusto leernos por acá también. Un cuento -como los sueños- para darle vueltas y vueltas.

    Un abrazo.

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  4. Patricia: Gracias por tus palabras, y sí: no despertemos al escandinavo...Shhh

    Elisa: Así es: nació de la recreación de un sueño extraño. No podía no aprovecharlo. Gracias por pasar.

    José: Gracias por venir a visitarme y dejar tu comentario.

    Un abrazo a los tres

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  5. Mónica, primero, qué bueno que te hayas animado a abrir una bitácora, ya verás que pronto le tomarás el pulso. Me gusta el estilo que le has dado.

    Por otra parte, leí tu correo recién hace un par de días, por eso no di acuse de recibo; en todo caso, gracias a vos.

    Con respecto al presente cuento, me ha gustado mucho, ya desde el título: es desconcertante y maravilloso. No por nada ha quedado finalista de un concurso. Y da mucha tela para cortar. Me encanta el uso evocador que aprovechas de algunos términos.

    Nos seguimos leyendo.

    Saludos.

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  6. Gabriel, muy agradecida por tus palabras.
    Muchos saludos

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