Para no desconocerla, diré que su postura es entendible. Absolutamente. Usted es el hijo -ve las cosas desde su óptica-, y no tiene la culpa. Nosotros tampoco, señor. Hemos hecho por su padre lo que ha estado a nuestro alcance. Pero hay un límite. ...Es inútil. Debe comprender que soy un empresario. Ésta es mi empresa. Brindo servicios, señor. Los mejores. Para eso he reunido un plantel altamente especializado. Y no voy a tolerar que por culpa de él todo se arruine, ¿me entiende? ...No me amenace, señor. Tengo las cosas en regla, y también un buen abogado. No doy marcha atrás cuando tomo una decisión y ya la tomé. Quiero que se lleve a su padre lo antes posible. Lo lamento, pero no existe alternativa. …No, no, tampoco admito que me suplique…, por favor. …Oiga, ¡basta! Escúcheme bien: los síntomas son inconfundibles. Tensión arterial por las nubes, palpitaciones, respiración agitada, cierta desconexión de la realidad, atención dispersa. ¡Ya no sabemos qué hacer con ellas! ¡Es la quinta enfermera que su padre enamora!
Este micro participa como finalista en el Concurso Minificciones en Cadena.imaginarteminificcionesencadena.blospot.com cuya frase inicial 'Para no desconocerla diré' era obligatoria. Muchas gracias a todos los que lo votaron.
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