viernes, 8 de junio de 2012

Resonancia







En una ceremonia que dura todo un día, los habitantes del atolón Addu soplan enormes caracolas cónicas. Después, aliviados, comienzan otro año de silencio. Es que con esa música que el viento aleja se van las penas, dicen.

Llamativamente, las ballenas de breve cauda de aquel mar insular tienen el canto más triste y melancólico del mundo.







2do.Premio compartido en Concurso mes de mayo en la Marina de Ficticia. Jurado: María Elena Lorenzín.


Imagen tomada de la red
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