La Nebulosa Gum
Piel y pelambre destellan rojos sobre un negro insondable. Los cascos van mancillando la trama, la capa remolinea entre espirales y columnas congeladas; grumos de violeta invisible se derraman, vientos quietos enlazan el azaroso bordado. El jinete sin tiempo viene del lugar donde la luz se curva, allí donde quedó la mole tachonada de impactos. No hay mapa de sus yerros: sus disparos han sido tan certeros que la soberbia se repliega ante lo fácil. Rienda y arma, humildes, honraron su maestría.
Imagen tomada de http://observatorio.info/2006/05/la-nebulosa-gum/
Piel y pelambre destellan rojos sobre un negro insondable. Los cascos van mancillando la trama, la capa remolinea entre espirales y columnas congeladas; grumos de violeta invisible se derraman, vientos quietos enlazan el azaroso bordado. El jinete sin tiempo viene del lugar donde la luz se curva, allí donde quedó la mole tachonada de impactos. No hay mapa de sus yerros: sus disparos han sido tan certeros que la soberbia se repliega ante lo fácil. Rienda y arma, humildes, honraron su maestría.
El artífice ha conjurado la obra y solo falta recoger el
grito. Entonces, desde el anca tensa el arco y vuela la última zaeta, la que
inicia el juego.
Mónica:
ResponderEliminarMuy buena, poética se diría, descripción de la creación de un universo.
Saludos.
Gracias, Arturo, por pasar y dejar tu palabra.
EliminarAbrazo fuerte.
Una belleza poética este Hacedor de cielos. De principio a fin. Me encantó.
ResponderEliminarAbrazos celestes.
Vos siempre tan atenta con mis letras, Lola. Muchas gracias por la lectura y el comentario.
EliminarAbrazo fuerte.
Me encanta este Génesis (debieras haberlo enviado al concurso minatura, es una belleza).
ResponderEliminarAbrazos