Tras el disparo, el aire en el túnel se llenó de electricidad y humo. Por unos instantes, la enorme criatura convulsionó violentamente haciendo temblar el aparejo, antes de quedar quieta colgada en la trampa. Así y todo, por precaución, el hombre le seccionó los apéndices del último segmento; luego, la abrió en canal. Los estómagos se vaciaron con un crujido maloliente y entre la inmundicia vislumbró lo valioso: libros aún sin digerir. Contento, los guardó cuidadosamente.
Entonces, pensando en la simpleza de su oficio en el pasado, el restaurador destazó al mutante pescadito de plata.
Mónica, desde la primera vez que lo leí, el disparo me retumbó en la cabeza. Ahora lo tuve que leer tres veces y, me parece genial. Desde luego, después de entender el título. Muy bien escrita. ¡Ahora sé de donde salen esos gusanillos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay, ay, por perezosa no había llegado a comprender el final (ese "pescadito de plata" me descolocaba), ahora el comentario de José Manuel me ha llevado a buscar en la Wikipedia y puedo apreciar la mini de verdad, redonda e ingeniosa, no hay detalle que no tenga su sentido. Me parece que el "superbum" añadido al título posteriormente (es así, ¿no?) es un buen hallazgo.
ResponderEliminarSi no ganó, tenía méritos de sobra para ello.
Un abrazo.
Feliciadades Mónica, un texto impresionante cuyos méritos es lo único que realmente importa
ResponderEliminarJosé Manuel: Sé que esta mini requiere un poquito más de esfuerzo por parte del lector. Pero igual me di el gusto. Muchas gracias por tus palabras.
ResponderEliminarElisa: Sí, cómo no darle una nomenclatura especial a semejante criatura. Muchas gracias por tu comentario.
Exactamente, Patricia, la satisfacción fue haber logrado plasmar esa idea tan loca.
Un abrazo enorme a los tres.
Me gusta lo de "superbum", le da un toque de justa gracia.
ResponderEliminarSaludos.
PD: yo creía que había ganado, lo que hubiera sido absolutamente justo, recién después vi lo de la confusión. Pero coincido contigo, más allá de los premios siempre lo más importante es lograr plasmar satisfactoriamente lo que a uno se le ocurre.
A vos te debo parte del logro, Gabriel: fue un verdadero tallereo, el intercambio de aquel domingo por la tarde.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
Moni.. sos genial, un texto mejor que el otro, sabes que te admiro.
ResponderEliminarAbrazo enorme!!
La pluma vivi
¡Vivi!¡Qué alegría me da tu visita! Bienvenida, gracias por la ilustración referida al blog, y por tus palabras tan lindas. Besos y abrazos.
ResponderEliminarJa, ja, no me acordaba de que esta fue la mini que tuvo la confusión en la Marina. Se ha sacado bien la espina. ¿Están sus costillas en buen estado?
ResponderEliminar;-).
Pues creo que sí, Elisa. Es como que se ha tomado revancha.
ResponderEliminarAbrazo!