viernes, 5 de noviembre de 2010

Sequías


Durante años y años sobre la mesada del laboratorio escolar hubo sólo dos frascos traídos por alumnos: uno con un feto de ternero, otro con una araña rara.  Desde hace dos semanas hay cinco frascos nuevos: todos con arañas grandes y peludas. Pollitos es su nombre vulgar, pero no porque sean blandas ni tibias: debajo de esos pelos hay una coraza rígida, dura, fría. Dicen que están invadiendo la ciudad; se las ve caminar a lo largo de autopistas, rutas y caminos vecinales, con diferente suerte. Muchas viajan entre los ejes de los autos y camiones o en sus cajas; otras se escurren subrepticiamente desde el equipaje de los migrantes que llegan en colectivos. Es que hombres y arácnidos corren la misma suerte: los campos son arenales, ahora.
Comentan, también, que algunas se encuentran instaladas ya en jardines y patios urbanos. Por eso, no creo que los alumnos traigan muchos más frascos con arañas. La gente se acostumbra a todo.


Imagen tomada de la red: Foto Gratis

8 comentarios:

  1. "La gente se acostumbra a todo". Si el relato da repelús desde el inicio, este final sobrecoge del todo. ¿A dónde vamos a ir a parar?

    Muy bueno.

    Besos de puente.

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  2. Me temo que mañana las arañas traigan frascos con humanos, y quizá tengan razón.

    Un abrazo.

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  3. Mónica, me gusta mucho como vas hilando el relato, y el ritmo de la prosa que da gusto de leer. También el hecho que de cualquier observación, un buen escritor puede sacar una historia. Como soy curioso he de preguntarte, creo haber visto por ahí que sos profesora de biología, sé también que en sur, en la zona que vivís hay un proceso de desertificación: o sea, pregunto, ¿está hilado a partir de un hecho u observación real?

    Saludos y buen domingo :)

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  4. Lola: Este narrador es escéptico, pero yo aún confío en el buen juicio del hombre. Muchísimas gracias por pasar y dejar tus palabras.

    José Manuel: Uy! Por ahí les pasa lo mismo que al Lepisma del micro, y entonces sí que saldrán a cazarnos a nosotros. Gracias mil por comentar.

    Gabriel: Así es, hacia el sur de la ciudad, en varios distritos hay desertificación por mal manejo de los campos y por prolongadas sequías. Se ha desmontado indiscriminadamente y eso siempre se paga de una u otra forma. Los campos se vuelan, literalmente, se convierten en arenales. También por esas razones es que están apareciendo arañas en la ciudad que antes normalmente no se veían. Como ves, el micro es un combo, aunque con tintes bastante más negros en lo referente a las arañas; lo de los campos es tal cual. Muchas gracias por los elogios que siempre son bienvenidos.

    Abrazos fuertes para todos!

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  5. Tiene algo que me gusta, aún así me parece demasiado explicativo.

    Buen final.

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  6. A mí no me parece, en absoluto, demasiado explicativo, soy admiradora de tu prosa, si se escribe tan bien se puede uno permitir el lujo de extenderse. Por lo demás, coincido plenamente con el comentario de Lola y, como Gabriel, había pensado en tu profesión de bióloga y en cómo le sacas partido en tus relatos para convertir un conocimiento específico en una historia de interés general. Me gusta mucho el detalle de que se conozca a las arañas como pollitos, por el contraste entre lo que nos inspiran unas y otros.
    Un beso otoñal y soleado, hoy ha desaparecido el temporal del sur de la península.

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  7. Daniel, le di al micro la extensión necesaria como para poder lograr una atmósfera -al menos esa fue mi pretensión-. Sólo presentar el tema desde una observación diferente y con cierto grado fantástico.
    Mil gracias por pasar y dejarme tu comentario.
    Abrazos.

    Elisa: Muchas gracias por los elogios. Siempre tuve dos vocaciones, sólo que la biología 'enmascaró' durante muchísimos años a las letras. Lo científico moldeó mi forma de pensar, me hizo observadora, analítica y racional, aspectos que, en cierta medida, sirven para escribir; pero cuando decidí comenzar seriamente con la escritura, hace unos seis años, me costó mucho encontrar el lenguaje literario y aún me cuesta. También es cierto que le saco partido a la biología todo lo más que puedo; es un recurso más.
    Te mando un beso primaveral, aunque en la bahía hoy sopla viento del sur, bien frío.

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  8. Siempre disfruto de tu prosa, el sobrecogedor final de esta me invita a la misma reflexión que escribe José Manuel.
    Un beso.

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