viernes, 17 de septiembre de 2010

Inadvertida


La arenga  le penetra en los oídos, apura su corazón, insufla  arrojo a la mente y una descomunal  fuerza a  las extremidades.
Lamentablemente, su hipersensibilidad intestinal  la expulsa  fuera del sistema justo en el campo de batalla.

3 comentarios:

  1. jajajá ¡Mal momento para descomponerse caramba!
    Como siempre, un gusto leerte.
    Un beso

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  2. Mónica, esperemos que no le haya causado alguna incomodidad con los presentes.

    Saludos.

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  3. Así es Patricia, jejeje.
    José: estaban todos tan ocupados con los trajines de la batalla que ni se dieron cuenta.

    Muchas gracias a los dos por la lectura y el comentario. Abrazos.

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